Biografía de Baltazar de Alcázar
WEBMASTER: Justo S. Alarcón

 

BALTAZAR DE ALCÁZAR
(1530 – 1606)
 

Baltasar de Alcázar (o del Alcázar) nació en Sevilla, de una familia numerosa y acomodada de conversos: fue el sexto hijo del jurado Luis de Alcázar. Su madre fue madre doña Leonor de León Garabito. Parece ser que estudió Humanidades en León, aunque otros dicen que en Sevilla.

 Militó en las galeras del famoso Marqués de Santa Cruz y de Álvaro de Bazán y, luego, al servicio de Fernando Enríquez de Ribera, duque de Alcalá. Fue alcalde de la villa de Los Molares y contable de los condes de Gelves. Como a otros, estas actividades militares y cívicas no fueron obstáculo para escribir la literatura y consagrarse a otras artes.

 Era de carácter alegre y jovial. Estoico por naturaleza y siempre haciendo frente a cualquier adversidad, como a su larga enfermedad de la gota. Humilde. Nunca buscó la fama. La poesía era para él un deleite y una recreación.

 Baltasar de Alcázar murió en Ronda, a causa de la gota, en 1606.


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Nació este poeta en Sevilla, en 1530 o 1531, de una familia de las más distinguidas.
En su juventud militó bajo las banderas de don Álvaro de Bazán, donde ganó gloria.
Sin embargo, los cuidados de la guerra no le impidieron el cultivo de las artes de la paz, y cultivó con ahínco los clásicos latinos, especialmente a Marcial, cuya ligera ironía debió agradarle mucho, pues si bien no se puede decir que la imita, no deja de notarse la influencia que aquel príncipe de las latinidades tuvo sobre él.
En la corte de Felipe IV brilló mucho, pues era hermano del sumiller de cortina de S. M.
Si sus poesías amenas y muy bien hechas no bastasen para su inmortalidad, le bastaría el haber sido el primer protector de Velásquez, a quien se lo recomendaba el suegro del autor de Las Meninas: fue él quien por medio de su hermano lo hizo conocer por el Conde Duque y recomendar al rey.
Y si hablamos de esto, es que la amistad del pintor Pacheco con Baltasar de Alcázar era ante todo literaria:
Pacheco, que no había casi salido de Sevilla, estaba en relación con casi todos los ingenios de aquel tiempo, y tenía en Sevilla una suerte de academia en su estudio de pintor, a la cual solían asistir Góngora, Quevedo, Baltazar de Alcázar, etc. Pacheco no era mal prosador, y el gran don Francisco de Quevedo, le concedió beligeranacia y sostuvo con él una larga polémica por medio de la imprenta, sobre asuntos puramente literarios o filosóficos, y que en nada afectó a la amistad que ambos contendientes se tenían. No recuerdo qué ingenio de la época llamó al estudio de Pacheco la cárcel dorada del arte, lo que no era muy exagerado, pues si bien sus obras de pintura no eran sobresalientes, sus dibujos eran notables, sin contar con que tenía cuadros de todos los primeros de su glorioso yerno, a quien tanto amó. Tenía también una curiosísima colección de objetos de arte antiguos.
Baltazar de Alcázar murío el 16 de febrero de 1606. 

(Antología de los mejores poetas castellanos, Rafael Mesa y López. Londres: T. Nelson, 1912.) 

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